Las cualidades de los árbitros en el procedimiento arbitral

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Se suele decir que el arbitraje vale lo que valen los árbitros, y no hay nada más cierto.

Y es que la responsabilidad de un árbitro es equivalente a la de un juez, pues su laudo tiene el mismo efecto que una sentencia.

Es más, sobre él ni siquiera cabe recurso.

Hoy queremos poner en valor el trabajo de los árbitros por las muchas ventajas que el arbitraje aporta a las partes.

¿Qué cualidades se espera que tengan estos profesionales? Por nuestra trayectoria como abogados especialistas en arbitraje internacional, podemos responder a esta pregunta.

El Código Ético de la International Bar Association

La Ley de Arbitraje no es suficiente para establecer cuáles deben ser las cualidades de los árbitros, pero hay algunas asociaciones profesionales que sí las han definido. Es el caso de International Bar Association (IBA), a través de su Código Ético.

En él nos basamos para repasar esas deseables características personales de los árbitros:

Independencia e imparcialidad

Pueden parecer lo mismo, pero estas cualidades son bien diferentes. Las dos tienen que ver con la neutralidad en el conflicto, pero, mientras la independencia hace referencia a algo objetivo, que se puede observar en las propias relaciones entre los árbitros y las partes, la imparcialidad es más bien un concepto subjetivo. Esta última responde al estado mental o actitud del árbitro en respuesta al problema planteado.

Competencia

La mera formación profesional de un juez o un abogado, aunque importante, no es suficiente en entramados tan complejos como pueden ser los mercantiles. Por esta razón, que el árbitro vaya un paso más allá en sus competencias profesionales es algo absolutamente necesario.

Discreción

Nuestros abogados especialistas en litigación mercantil en Madrid saben que, por miedo a que información sensible se haga pública, muchas empresas optan por el arbitraje de manera voluntaria y de mutuo acuerdo.

Hablamos, por ejemplo, de cuestiones como la propiedad intelectual o industrial o las transferencias de tecnología. Si para estos asuntos se recurre a un árbitro, se está asegurando en todo momento la discreción y la ausencia de publicidad, algo que no ocurre si de por medio hay una sentencia judicial.

Capacidad de diálogo y negociación

Antes de acudir al arbitraje, las partes son incapaces de ponerse de acuerdo por sí solas. Partiendo de esta base, cualquier árbitro que se precie ha de tener un talante negociador y dialogante para, poco a poco, ir acercando posturas hacia una solución intermedia.

Aparte de estas cualidades básicas, nos encontramos con otras muchas que también aportan valor a los árbitros:

  • Disponibilidad: el árbitro ha de mostrarse accesible, a la vez que respeta la independencia que antes hemos resaltado.
  • Creatividad: es imprescindible para encontrar soluciones alternativas que, muchas veces, ni siquiera se han puesto antes sobre la mesa.
  • Firmeza: él es quien tiene que llevar el control del procedimiento, y no las partes.

Resumiendo, desde nuestra experiencia como abogados especialistas en arbitraje nacional en Madrid, podemos decir que, en la práctica, los árbitros ejercen de jueces. Por eso es tan importante que cuenten con todas estas cualidades para desarrollar justa y eficazmente su labor.

Una labor que desde nuestro servicio de arbitraje ponemos a su entera disposición.