Aunque en un primer momento pueda parecer una cuestión menor, saber cómo elaborar correctamente un contrato o acuerdo comercial es crucial para asegurar la supervivencia y el éxito de cualquier negocio. Y es que son muchas las cuestiones y condiciones que se pueden reflejar en estos documentos, como el contrato de los trabajadores, la relación con los clientes o la negociación con proveedores.
De cómo se redacten y se gestionen estos contratos o acuerdos va a depender la protección legal de tu empresa en cada operación. A continuación, te damos algunos consejos para que la eficacia y la seguridad de tus contratos comerciales sea siempre máxima:
Los firmantes, piezas clave
Aunque la negociación dentro de la empresa la lidere al principio un empleado, siempre es aconsejable que quien firme el contrato sea el máximo representante de la empresa (o, como mínimo, el jefe del departamento del que se trate). De esta forma, en las etapas finales de la negociación se evitarán decepciones, contradicciones y cambios de última hora que retrasen el proceso.
Identificar correctamente a las partes contratantes
Si se trata de empresas, su nombre tal y como está registrado (y no como es conocido por los clientes) se ha de incluir en las partes correspondientes del contrato. Y lo mismo ocurre con los nombres de las personas físicas, que no siempre coinciden en el DNI y en el nombre que emplean en su día a día. En ambos casos, los nombres se deben respetar al 100% para evitar cualquier problema legal posterior.
Incluirlo absolutamente todo por escrito
Hay que tener en cuenta que lo que no esté incluido en un contrato es como si no existiera. En términos judiciales o a la hora de presentar cualquier reclamación, si el objeto de la misma no se había contemplado en el documento firmado no podrá hacerse nada al respecto.
En consecuencia, es vital repasar detenidamente y varias veces el contenido de los contratos que se firmen. De hecho, lo más recomendable es contar para esto con el asesoramiento de un abogado experto en contratación mercantil.
Utilizar un lenguaje claro y sencillo
Estamos acostumbrados a que algunos contratos sean ilegibles para la mayoría de las personas. Sin embargo, esto no es en absoluto necesario. Un contrato ha de ser detallado y estar bien escrito, y esto incluye que sea comprensible para cualquier persona.
Citar la norma vigente y aplicable
Si procede, siempre es buena idea mencionar bajo qué ley o qué leyes se suscribe el contrato. Esto aclara considerablemente la cuestión y acota el ámbito de aplicación del contrato y su alcance. Además, le otorga más formalidad, y esto siempre es valorable.
Prever el método de resolución de conflictos
No imaginas hasta qué punto es útil que se prevea en el contrato la vía que se seguirá en caso de disputa. Es algo que allana mucho el camino si sucede y marca las bases del proceso de discusión, que muy a menudo pasa por la mediación o el arbitraje antes de llegar a juicio.
Seguro que ya sabías cómo redactar un contrato comercial, pero aquí hemos querido darte algunas pautas de más valor añadido para que el documento sea efectivamente una herramienta útil y no un foco de más problemas o conflictos.